... Sí, Señor; pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos ...
Tomado de Mateo, capitulo 15 verso 27
Jesús, salió unos días de la región de Galilea, después de una increíble campaña que finaliza en la alimentación de 5000 hombres sin contar mujeres y niños, posiblemente agotado, aunque creo que El necesitaba pasar un tiempo con sus estudiantes y finalizar sus enseñanzas, pues su tiempo se acercaba. Cuando llega a la región de Tiro y Sidon, tierras no judías, donde habitaban gentiles (aquellos que no son ciudadanos de Israel), una mujer que tenia una hija endemoniada, quizo agotada de pedirle a todos los dioses fenicios sanidad, hizo lo necesario para estar junto al Señor y clamarle por este milagro, es lo que el amor de una madre hace por su hija, los discípulos no se habían dado cuenta de esto, tanto así, que le dicen al Señor que la atendiera para que ellos tuviesen tranquilidad.
Que oportunidad vio el Señor de darle una lección a sus discípulos (judíos) y claro de dejarnos una señal tan clara que Mateo (quien estaba allí) y Marcos (discípulo de Pablo), plasmaron esta escena en sus evangelios.
El Señor le dice a ella, que el solo habia sido enviado a los perdidos de Israel, y que por tanto no estaba bien "quitarles el pan de la mesa" para dárselo a otros (gentiles).
Pero la mujer, demostro una fé, que hoy incluso ha dejado de ser vista por los mismos hijos del Señor, ella respondió que solo una migaja (de esa mesa, donde El la presidia) era mas que suficiente. Estamos hablando de una mujer que sabia del Dios de los hebreos, pero no le habia conocido, una mujer que practicaba todos los rituales propios de los fenicios, de los cananeos, cuya hija era atormentada por un mensajero de satanas, y que nadie en esa region le habia podido ayudar, pero esa demostración de amor que solo los padres podemos entender, de buscar alguna solución, claro muchas veces desesperados, pero ella había escuchado sobre la fama de aquel rabino judío sobre las señales y maravillas.
La respuesta del Señor y su mensaje fue contundente: "Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas"
Una vez más, las escrituras se habían cumplido, la salvación viene por la fé, por esa fidelidad, por esa firmeza, por levantar los ojos y reconocer la plenitud de Dios, en la persona del Mesías Jesus. Seguramente ese termino fe (emunah en hebreo), esa mujer no lo había escuchado, pero si sabemos que esa fe, fue capaz de dar liberación a su hija.
La historia no detalla que pasó con la mujer y su hija, pero definitivamente sus vidas fueron transformadas, y la lección a sus seguidores fue contundente, el amor por el prójimo (judío o gentil), la misericordia y vidas transformadas por creer en El y permanecer en El, serian el pan de cada día por el resto de sus vidas.
@oracionadiario, JC