Dice el salmo 34, en los versículos 8 al 11.
Probad y ved que el Señor es bueno.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!
Temed al Señor, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen.
Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno.
Venid, hijos, escuchadme; Vos enseñaré el temor del Señor.
Amado Señor, Dios y Salvador nuestro, hoy te damos gracias por tu gran amor, hoy te damos gracias por tu refugio, creemos en Tí, creemos en lo mucho que nos has ayudado, hoy oramos delante de Tí, pidiendo que nos des fuerzas!, danos fuerzas oh Dios!, háblanos! y nosotros te escucharemos. Gracias por tu provisión. Te amamos y te damos gracias!. AMÉN
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