... Fielmente les daré su recompensa, y haré con ellos un pacto eterno ...
Tomado de Isaias, Capitulo 61, verso 8
De este mismo libro fue que el Señor en una sinagoga en Nazareth, un día de reposo como era su costumbre, tomo los primeros versos:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Que gran porción tenemos en Isaias 61, la primera parte de este se cumplió ese día en Nazareth, en su momento los lideres religiosos de la ciudad, lo sacaron de la sinagoga, y llevaron a un monte para despeñarle, Lucas en su evangelio lo narra increíblemente en Lucas 4: 16 al 30.
Isaias, profetiza sobre el día que llegará donde seremos llamados sacerdotes de YHVH, nos vestirá de ropas de salvación y manto de justicia. Nuestra alma se alegrará, y seremos reconocidos por benditos de YHVH. Oh que gran alegria! Ese como anhelamos ese día.
Hoy el pacto eterno, o perpetuo ha sido hecho, un pacto de dos partes, un pacto donde el cordero del sacrificio fue uno sin mancha, y podemos decir con confianza, que hemos sido reconciliados con El. Por eso nos llama sus hijos y nosotros Padre.
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